jueves, 29 de julio de 2010

Sus ojos negros.

Aquello no debió acabar así, ella huyendo y yo aferrándome a una de las tipas que más me había tomado el pelo en la vida. Ella no merecía eso, pero solo te das cuenta de ciertos errores al tiempo de haberlos cometido.

- Me he dado cuenta de lo que hice mal.-
- Esta vez no llegas demasiado tarde.- Dijo ella mientras clavaba sus negros ojos en mi.
- Por suerte.

La pedí perdón y una sonrisa. En el momento que note que se movía uno de sus dos labios la comí los morros. Los dos sonreíamos.

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